Un plan para revitalizar las quebradas del Valle de Aburrá
En el Valle de Aburrá existe una estrategia que busca la recuperación de la base de la vida de los diez territorios integrados: es el recurso hídrico, que nace en las altas montañas y circula por las quebradas para llegar a desembocar en el Río Aburrá Medellín.
Se trata del Plan Quebradas, un programa liderado por el Área Metropolitana y ejecutado por el Centro de Ciencia y Tecnología de Antioquia (CTA) que busca la recuperación integral de 19 microcuencas del Valle de Aburrá. Este involucra a las administraciones municipales, autoridades ambientales, empresas del sector público y privado, organizaciones y ciudadanía en la gestión, formulación y ejecución de proyectos alrededor de las microcuencas priorizadas.
La estrategia inició en el año 2016 como fruto del Convenio Nuestro Río, firmado en el 2015 entre entidades del sector público, privado y académico para la recuperación integral del sistema hídrico del Valle de Aburrá.
El programa inició con la priorización de 19 microcuencas, las cuales se seleccionaron junto a las 10 administraciones municipales en función de su importancia para cada municipio, la información previa disponible sobre las microcuencas, y la presencia de comunidades y empresas alrededor de las quebradas que las conforman.
Estas son las 19 microcuencas priorizadas que hacen parte del Plan Quebradas. ¡Toca la imagen para conocer más sobre cada una de ellas!
Entre las principales problemáticas que afectan a la cuenca del río Aburrá Medellín y sus microcuencas afluentes se encuentran los vertimientos de actividades agropecuarias, industriales, mineras y domésticas; invasiones en zonas de retiro; disposición inadecuada de residuos sólidos; pérdida de bosque por expansión de la frontera agropecuaria y la acelerada expansión urbana.
Estas son las principales afectaciones que se identifican desde los tramos de nacimiento de las microcuencas priorizadas, hasta su paso por las zonas de asentamientos humanos y su desembocadura en el Río Aburrá Medellín.
Una apuesta por la gobernanza del agua en el Valle de Aburrá
Para la protección y recuperación de las microcuencas priorizadas, el Plan Quebradas desarrolla proyectos a través de la gestión de aliados en tres ejes principales: 1) saneamiento ambiental, 2) protección, conservación, reforestación; y 3) educación ambiental.
La implementación de la estrategia inició con recorridos en campo para diagnosticar el estado actual de las microcuencas, la revisión de información base de cada una de ellas y la identificación de los proyectos necesarios para la conservación y recuperación de los afluentes.
Hoy el programa continúa con la articulación de diversos actores para aunar esfuerzos en el cumplimiento de los objetivos del Plan Quebradas, y se encuentran en desarrollo dos proyectos: el primero entre el Área Metropolitana del Valle de Aburrá y el municipio de Girardota con un programa de Guardabosques alrededor de la microcuenca El Salado, y el segundo entre EPM y el Centro de Ciencia y Tecnología de Antioquia (CTA) con un programa de guardabosques y enriquecimiento de la Reserva La Quintero en la microcuenca La López, en el municipio de Barbosa.
También se encuentran en formulación cuatro proyectos:
- La implementación de buenas prácticas ambientales en actividades porcícolas alrededor de la microcuenca Doña María (alianza entre PorkColombia y Plan Quebradas).
- Un proyecto para mejorar la productividad de familias caficultoras y la reducción de los impactos ambientales en las 19 microcuencas priorizadas (alianza del Comité Departamental de Cafeteros, la comunidad y Plan Quebradas).
- La caracterización física e hidrológica de la microcuenca de la quebrada Santa Rosa (alianza entre Kimberly y Plan Quebradas).
- Un proyecto integral de saneamiento en la microcuenca La Valeria (alianza EPM y Plan Quebradas).
Estos proyectos se complementan con actividades de siembra de árboles, jornadas de limpieza, talleres de educación ambiental y recorridos con la comunidad para la generación de apropiación por sus quebradas. Estos procesos son los primeros pasos de este plan que vincula y compromete a todos los habitantes de los diez territorios integrados en la construcción de una estrategia ambiental y sostenible para el Valle de Aburrá.
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