Retrato de un atardecer en el muelle de Tintipán
¿Has sentido que no puedes dejar de mirar algo? Eso me ocurre al ver un atardecer en el muelle de Tintipán, en el archipiélago de San Bernardo. A las cinco de la tarde, cuando el sol avisa que es hora de irse a iluminar otras tierras, una mezcla de colores rojos, amarillos, naranjas, azules y violetas comienzan a fundirse en arreboles.
En ese instante es cuando busco el mejor ángulo, la mejor ubicación, aquella que me permita contemplar la exquisitez de un paisaje que siempre describo como inefable. El muelle, el quiosco, Santa Cruz del Islote, Isla Múcura y el mar Caribe son los actores principales de una escena que hace palpitar más fuerte el corazón, sentirme más vivo.
Justo ahí, en ese momento, capturo la imagen de un paisaje que nunca se repite, un lugar de amores, de encuentro, de felicidad, un lugar de esos que hay que visitar y, te lo aseguro, nunca olvidarás.