La alta montaña colombiana vista a través de su biodiversidad
La alta montaña es un mosaico de bosques altoandinos, páramos y picos nevados que da origen a diversas y especiales formas de vida.
Colombia es un país bastante complejo, en especial cuando de geografía se trata. Allí, la cordillera de los Andes decidió dividirse en tres grandes ramales: occidental, central y oriental. Esa particularidad, sumada a la presencia de la Sierra Nevada de Santa Marta, dio lugar a montañas inmensas; aquellas por encima de 2500 msnm (metros sobre el nivel del mar) donde se hace difícil respirar y se dan condiciones extremas de frío, precipitación, radiación, e incluso (aunque cada vez más poco), nieves perpetuas.
En el país, son las zonas montañosas las que sostienen gran parte de los asentamientos humanos. Según el DANE, para el 2005 cerca del 70% de la población colombiana estaba asentada sobre los Andes, una tendencia va en aumento. Lo anterior ha conllevado a una transformación desmesurada de estos ecosistemas, afectando no sólo la vida silvestre que habita allí, sino también los servicios ecosistémicos que producen. La biodiversidad en la montaña (incluida la alta) está camino a la extinción.
5-22 Fotografía Biodiversa (@522fotografíabiodiversa) es un proyecto que le apuesta a la conservación a través de la fotografía y el registro de esa vida única que aún perdura en las laderas de las montañas del país y que sin duda los colombianos deberíamos conocer para poder conservar.

De la alta Montaña de Colombia proviene el agua que se usa y se bebe a diario en las principales ciudades del país. La Serranía de Los Órganos, una vez se desheló, dio origen a la Laguna de Chingaza (a 3000 msnm). Esta región abastece a más del 20% de la población del país.

Esta cría de águila de páramo (Geranoaetus melanoleucus), aunque está bastante grande, no ha abandonado el nido y depende de sus padres para sobrevivir. Estas rapaces pueden encontrarse por encima de los 1800 msnm, pero son más comunes a mayores alturas, de allí proviene su nombre común.

Oso Andino (Tremarctos ornatus). Aunque también pueden vivir por debajo de los 500 msnm, los osos andinos son fieles representantes de la alta montaña, lugar al cual fueron confinados en gran parte del territorio nacional. También se les conoce como “osos de anteojos” debido a las marcas blancas que pueden tener en su rostro y cuello, únicas para cada animal. En nuestro país esta especie tiende a ser más negra que los individuos al sur de su distribución.

Un árbol representativo del bosque húmedo montano y montano bajo es el yarumo blanco o plateado (Cecropia telenitida), especie pionera en las regeneraciones naturales de estas zonas de vida.

El colibrí chupasavia (Boissonneaua flavescens) compensa la energía gastada consumiendo el néctar algunas flores durante el día para regular su metabolismo a grandes alturas (superando los 2800 msnm). Aun así, los insectos son su principal fuente alimenticia.

Olleta frailejonuda. Pocas cimas de las tres cordilleras fueron coronadas por “las nieves perpetuas”. Hoy en día esta condición de la alta montaña es cada vez más difícil de encontrar, distinto a los años 70, cuando aún era posible ver hasta seis picos nevados en el PNN Los Nevados (de norte a sur: Ruiz, Cisne, Santa Rosa, Santa Isabel, Quindío y Tolima). Hoy en día solo persisten tres, y en ellos los frailejones continúan siendo los principales testigos del deshielo.

Los venados de cola blanca (Odocoileus virginianus) pueden ser encontrados en varias zonas del país. Aquellos que viven en los bosques y páramos de alta montaña son han desarrollado una mayor cantidad de pelo para protegerse del frío; esta condición hace que parezcan un poco más grandes de lo que realmente son.

El Nevado del Ruiz o Montaña Cumanday, como era llamado en la época precolombina, es una de las últimas montañas nevadas que sobreviven al cambio climático en Colombia. Actualmente el glaciar a menor altura que se puede encontrar en el país es Poleka Kasué o Nevado de Santa Isabel, a 4960 msnm.

El tapir lanudo o danta de páramo (Tapirus pinchaque) es uno de los animales más difíciles de ver en la alta montaña. A pesar de ser el mamífero de mayor tamaño en este ecosistema, es supremamente sigilosa y tímida. Su desarrollado olfato le permite detectar señales de peligro a grandes distancias, por lo que evita el contacto con seres humanos.