El rojo anfitrión de Jardín
El municipio de Jardín, Antioquia, es hogar de una de las aves más vistosas que haya retratado con mi cámara, el gallito de roca. Su cresta prominente y el plumaje rojo intenso y grisáceo de los machos resaltan entre el verde de su hábitat.
El gallito de roca (Rupicola peruvianus) recibe su nombre por su característica cresta aplanada -como la de un gallo- y su tendencia a anidar en cuevas. Se distribuye en la cordillera de los Andes, desde Venezuela hasta Bolivia, pasando por Colombia, Ecuador y Perú; y se le encuentra entre los 500 metros y los 2400 metros sobre el nivel del mar.
Caminamos desde el parque principal para verlos. Después de medio kilómetro atravesamos una puerta de madera y comenzamos a escuchar el sonido de las aguas del río Volcanes. Poco después, distinguimos el canto de decenas de gallitos de roca, todo un concierto para quienes disfrutamos de la naturaleza.
Con la mayor sutileza, para no irrumpir de manera brusca su hábitat, iniciamos nuestro registro fotográfico. No sabíamos a cuál apuntar con la cámara, una gran cantidad de gallitos de roca machos se perchaban y volaban ante nuestros ojos.
No conocíamos aún a la hembra hasta que una mujer del lugar nos hizo señas silenciosas para que fuéramos a donde se encontraba. Logramos un registro de ella, quien, a diferencia del macho, tiene un plumaje café rojizo oscuro y una cresta reducida.