Biografía de una toalla higiénica
Señorita Toallita nos hará hablar de residuos sólidos, ciclos menstruales y consumo responsable.
Hace unos años me empecé a cuestionar por la cantidad de basura que generan los hábitos cotidianos y los productos que “hacen parte” de mi naturaleza. Uno de los primeros fueron las toallas higiénicas: me pregunté de dónde vienen, adónde terminan, y cuántas estaba condenada a generar por el resto de mi vida.
Voy a usar la historia de la señorita Toallita para contarles lo que encontré: hablaremos de sus antecedentes y primeros años, de su carrera artística y de sus últimos años y legado. O como dirían los técnicos, vamos a repasar su ciclo de vida cualitativo, analizando la extracción de materias primas, el uso y la disposición final de estos productos.
Antecedentes y primeros años – Extracción de materias primas
Antes de empezar, ¡HAGÁMOSLE UNA DISECCIÓN A TOALLITA! (Todo sea en nombre de la ciencia)
La anatomía de una toalla higiénica nos muestra las diferentes capas de las que está compuesta:
Tenemos una capa superior hecha de una tela plástica, luego un relleno de celulosa, seguido de un polímero súper absorbente (el que hace que la magia de la absorción ocurra), y la parte de abajo es de plástico. No olvidemos que el empaque individual y el paquete también son hechos de plástico.
Así pues, la señorita Toallita y todas sus amiguitas visten elegantes galas compuestas principalmente de derivados del petróleo y la madera. Eso quiere decir que para la producción de las toallas higiénicas se requiere deforestar y extraer un recurso no renovable: el petróleo. Además, en la fabricación se usan agua y energía, y se emiten gases contaminantes, entre otras interacciones con el medio ambiente. Sí: aún sin haber viajado en la cigüeña, ya Toallita es responsable de varios impactos ambientales.
Carrera artística – Uso
Hagamos cuentas: Por lo general a las mujeres nos viene la regla una vez al mes, y el flujo más abundante nos dura aproximadamente 4 días, en los que se usan unas 4 toallas diarias. Saquemos entonces la calculadora para saber de cuántas toallas higiénicas estamos hablando para la vida de una mujer promedio, que menstrúa durante unos 40 años.
Con cada ciclo se usan alrededor de 15 toallas, lo que a la larga significa más de 7.500 toallas en una vida promedio.
Últimos años y legado – Disposición final
Por la naturaleza de sus componentes, las toallas higiénicas convencionales no se pueden reciclar, y en nuestro país el tratamiento de este tipo de residuos a través de la incineración aún no es una alternativa popular. Así que para darle descanso eterno a nuestra querida Toallita lo que nos queda es el relleno sanitario. Cabe recordar que los rellenos sanitarios son, en términos sencillos, excavaciones donde se botan grandes cantidades de basura.
No sabemos con exactitud cuántas mujeres en el mundo prefieran contener su flujo menstrual con este método, ni cuántas las hayan preferido en generaciones anteriores. Lo que sí sabemos es que por la eternidad (o al menos durante los cientos de años que tardan en descomponerse), todas esas toallas higiénicas estarán viendo pasar nuestra vida y la de las generaciones futuras.
Consideraciones finales
Actualmente en el mercado existen diferentes opciones para manejar el flujo menstrual como las tradicionales toallas higiénicas y los tampones. También hay opciones alternativas como toallas de tela, toallas biodegradables, la copa menstrual y hasta panties que contienen el flujo. La decisión es individual para cada mujer, pero eso sí: debe ser una decisión informada.